Hace veinticuatro meses a Neon lo persiguió un perro por el aparcamiento de la iglesia. No fue su mejor momento, y le habría encantado olvidarlo si no fuera por que así conoció a la preciosa dueña del perro: Aria.
Hace veinticuatro semanas, el padre de Neon insistió en hablar con él sobre la intimidad. Neon y Aria están enamorados y, aunque aún no han dado el gran paso, ya han empezado a hablar de... eso.
Hace veinticuatro días, la madre de Neon encontró un sujetador (glups) en su habitación. ¡Eh! ¡No lo juzgues! Esos ganchos son complicados, así que Neon pensó que sería mejor practicar, ya que solo faltaba un mes para el gran día.
Hace veinticuatro horas, Nat, la hermana de Neon, le dio algunos consejos sobre chicas. Fue entonces cuando Neon se dio cuenta de que no debería hacer caso a sus amigos.
Hace veinticuatro minutos, Neon salió del trabajo con una bandeja de tiras de pollo. No son velas ni caviar, pero es su comida favorita.
¿Y en este preciso instante? Neon está encerrado en el baño de Aria, en pánico porque dentro de veinticuatro segundos van a... Bueno, no harán nada si él no puede salir de su propia cabeza (todos los consejos, las inseguridades y los «qué pasaría si...») y salir de este baño.
«Uno de los mejores escritores de su generación y una joya de libro». ANGIE THOMAS, autora de El odio que das