¿Qué son capaces de hacer los estudiantes y cómo contribuyen a la
sociedad como resultado de sus propias experiencias de evaluación?
Los
objetivos principales de este libro son dos: proporcionar una
comprensión teórica sobre por qué la evaluación debería ser entendida en
términos de justicia social y avanzar hacia el cambio. Para ello, la
autora reflexiona en torno a cinco aspectos clave de la evaluación para
alcanzar una mayor justicia social que promueva el pleno desarrollo de
profesorado y alumnado: la confianza, la honestidad, la responsabilidad,
el perdón y la capacidad de respuesta.
La evaluación para el cambio
social es una idea que implica riesgo. Sin embargo, no podemos
permanecer impasibles, mientras el papel del profesorado se va
distorsionando y las convenciones sociales impiden el pleno desarrollo
que las experiencias de evaluación deberían ofrecer al alumnado. La
fundamentación teórica sobre la que se asienta este libro y los ejemplos
concretos nos permiten considerar la evaluación desde una óptica muy
diferente.
Una lectura imprescindible no solo para el profesorado de
educación superior, sino también para los y las estudiantes, para las
autoridades académicas y para todas aquellas personas que, de una u otra
manera, se relacionan con alguna práctica evaluativa.